Alguna vez escuchó a un artista famoso la frase: ¡Las amo a todas! Pues, pareciera ser el slogan que define de manera breve y precisa la nueva tendencia en la sexualidad en el mundo conocida como el poliamor. Una forma más amplia de amar.
Las tendencias cambian, las modas avanzan, y lógicamente la sexualidad del ser humano no puede estar ajena a los cambios conductuales, aunque estos muchas veces sean contrarios a nuestro estilo de vida, creencias, costumbres o valores.
Quizá para muchos el término “Poliamor” sea una acepción nueva en el vocabulario sexual, pero en otras latitudes esta palabra concentra a todo un movimiento sexual nacido en Nueva York y que ahora se expande por el planeta.
¿Pero qué es exactamente el Poliamor? Significa la relación sentimental, amorosa y sexual entre tres o más personas ya sean de distinto género o del mismo. Así de simple.
Sus defensores argumentan que este nuevo “modus amatorius” llamado poliamor, se debe diferenciar de las relaciones abiertas en las que el sexo extramatrimonial o de pareja, está permitido y mutuamente consentido, ya que el poliamor (o amor entre varios) es una práctica seria, íntima y de largo plazo.
Aunque en la actualidad cuenta con muchos detractores, la mayoría vinculados a algún movimiento religioso o espiritual, lo cierto es que esta tendencia “aparentemente sincera y transparente” viene ganando rápidamente millones de adeptos. Uno de los grupos difusores de esta práctica, tal vez el más conocido, es Polyamorous NYC, integrado por “poliamantes” que aceptan y asumen su condición públicamente.
El individuo que se considera emocionalmente capaz de tales relaciones se define a sí mismo como poliamoroso o también llamado poli, ya que la filosofía del “poliamor” expresa que es más importante la relación sentimental que el sexo en sí mismo y que todas las personas involucradas en la relación aceptan y consienten las prácticas románticas y sexuales que el “poliamor” demanda, aunque un buen grupo defina a esta práctica como una incapacidad de sus miembros para relacionarse a largo plazo con una sola pareja; sin embargo, los poliamantes aseguran que es una forma “más amplia” de amar.
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