Cuevas de Granada: un mundo bajo tierra

Cuevas de Granada: un mundo bajo tierra

La provincia española de Granada es distinguida por su Sierra Nevada, su legado arábigo y su poeta inmortal, Federico García Lorca. Sabrosas tapas y tablaos flamencos de muy alto nivel suelen ser otras razones de peso a la hora de decidir las reservas turísticas en la zona. Empero, en Granada existe también todo un universo subterráneo por descubrir a través de las fascinantes cuevas que recorren su subsuelo. Destacase la Cueva de las Ventanas del Piñar. Utilizada como abrigo por el hombre ya desde el período neolítico, este refugio natural declarado Monumento Natural de Andalucía regala un espectáculo único a lo largo de un recorrido matizado de luces y sombras.

Maravillosas formaciones modeladas durante siglos engalanan el interior de la cueva: estalactitas, estalagmitas y coladas horadadas en la piedra por pacientes hilos de agua salpican el recorrido por cámaras bautizadas con nombres como Sala de las Piletas, Sala de las Columnas o Sala del Tesoro. A esta última, punto culminante del recorrido, se accede a través de La Gran Sima, un pozo enorme de más de 20 m de profundidad. A lo largo de todo el paseo se han instalado escenas que recrean la vida de nuestros antepasados en durante el neolítico, lo que permite además a los visitantes conocer asombrosos detalles de la vida cotidiana en el interior de una cueva.

Para visitar este verdadero tesoro natural no hace falta realizar una reserva de hotel en la zona: la Sierra de Arana, sede de la Cueva, se encuentra unida a la capital granadina por la autovía de Jaén, lo cual reduce a un simple paseo los 45 Km. de distancia entre ambas.

Si a la hora de realizar una reserva en Granada tenemos en mente explorar estas cuevas fascinantes, ¿Qué mejor que alojarnos en una? Los alojamientos en cuevas son la moda del turismo granadino: hoteles con todos los servicios y las comodidades, pero bajo tierra. El Complejo El Lago, por ejemplo, en el municipio de Castilléjar, dispone de siete cuevas con capacidad para 3 ó 4 personas cada una. Cada cueva está equipada con baño, cocina y televisión, y resultan según los propietarios, sumamente cálidas en invierno y frescas en verano. La propuesta se completa con un lago artificial preparado para bañarse, parque infantil, parilla, un anfiteatro al aire libre y la posibilidad de realizar reservas en linea desde casa o desde el teléfono celular durante todo el año. Una opción ideal para quienes siempre están en busca de una experiencia diferente.

Javier Kravalosky reservas turísticas

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