Diez visitas imprescindibles en Berlín

Diez visitas imprescindibles en Berlín

Berlín no se parece en nada a otras capitales europeas, repletas de gente y de tráfico, ya que es una ciudad tranquila, con multitud de zonas verdes y grandes avenidas. Además, tras quedar arrasada en gran parte durante la Segunda Guerra Mundial y pasar luego casi tres décadas dividida por un muro, ha sabido renacer gracias a las importantes inversiones que han permitido llenar a la ciudad de edificios proyectados por los mejores arquitectos del mundo, dándole un aspecto moderno, pero sin olvidar su pasado. Aunque hay mucho que ver en la ciudad, ahí va una selección de las diez visitas imprescindibles.

Puerta de Brandemburgo: probablemente el lugar más emblemático de Berlín. Fue construida a finales del siglo XVIII en estilo neoclásico y durante la Guerra Fría formó parte del muro que separó la zona oeste y la este. Reichstag: el gran edificio del Parlamento se encuentra muy cerca de la Puerta de Brandemburgo. Se construyó a finales del siglo XIX en estilo renacentista y su cúpula se vino abajo en 1945 tras recibir las bombas de los aliados. Durante varias décadas se dejó así, pero los años 90 se decidió dotar al Reichstag de una nueva cúpula, para lo que se eligió el diseño de Norman Foster, que proyectó una original cúpula acristalada cuyo centro está formado por espejos y por la que se puede subir por unas rampas que llevan a un mirador panorámico. Restos del Muro de Berlín: en la actualidad solo se conservan algunos pequeños tramos del muro que separó la ciudad entre 1961 y 1989, aunque una línea doble de adoquines de cerca de seis kilómetros marca por donde iba esa división. Uno de los lugares donde puede verse cómo era el muro es la calle Niederkirchner, con un segmento de unos 200 metros integrado en el centro de documentación Topografía del terror, dedicado a la Gestapo y las SS nazis. Checkpoint Charlie: esta reconstrucción de uno de los puestos fronterizos entre la zona bajo control estadounidense y la comunista se ha convertido en un punto de visita obligada para todos los turistas, con una cola casi continua de gente esperando para hacerse una foto delante de la pequeña caseta de madera junto actores disfrazados de soldados. Museo de Pérgamo: en realidad son tres museos en uno, la Colección de Antigüedades Clásicas, el Museo del Antiguo Oriente Próximo y el Museo de Arte Islámico, todo ello integrado en la denominada Isla de los Museos de Berlín. Sus principales joyas son el Altar de Zeus de la ciudad Pérgamo, del siglo II a.C.; la puerta del mercado romano de Mileto, del siglo II d.C., y la Puerta de Ishtar y la vía de las procesiones de la antigua Babilonia, del siglo VI a.C., y lo mejor de todo es que el museo se construyó alrededor de ellas, por lo que estas piezas forman parte de su estructura. Potsdamer Platz: el centro del Berlín más moderno. La plaza fue destruida en la Segunda Guerra Mundial y después quedó dividida por el muro, por lo que estuvo mucho tiempo abandonada. Tras la reunificación de Alemania, se reconstruyó adaptándola a los nuevos tiempos, con rascacielos diseñados por arquitectos tan importantes como Renzo Piano, Richard Rogers, Arata Isozaki, y Helmut Jahn. Muy cerca de la Potsdamer Platz también puede visitarse la Nueva Galería Nacional, de Mies Van der Rohe. Iglesia Memorial del káiser Guillermo I: este pequeño templo quedó en ruinas como consecuencia de los bombardeos aliados de la Segunda Guerra Mundial y las autoridades decidió dejarla así para mostrar al mundo lo que provocan las guerras. Se encuentra situada en uno de los extremos de la Kurfürstendamm, una de las calles más animadas de la ciudad, repleta de tiendas y cafeterías. Gendarmemark: el auditorio Schauspielhaus y las catedrales alemana y francesa, los tres del siglo XVIII, presiden una de las plazas más bellas de la capital alemana. Monumento a los judíos asesinados en Europa: a ras de suelo el visitante puede pasear entre las cerca de 3.000 losas de hormigón de distintos tamaños (estelas) colocadas sobre un terreno ondulante, mientras que en el subsuelo se encuentra un punto de información subterráneo sobre la persecución de los judíos en Europa. Torre de Televisión: con 368 metros, es uno de los edificios más altos de Europa, y preside la gran Alexanderplatz. Se puede subir a su esfera giratoria, situada a unos 200 metros de altura, que cuenta con un mirador desde el que se ve toda la ciudad.

Sé el primero en Comentar

Recibir un email cuando alguien contesta a mi comentario