Nietzsche es injustamente recordado como el poeta que se cargó a Dios, lo cual es imposible porque Dios ni nace ni muere; si a Dios lo pudieras quitar del medio de la noche a la mañana, entonces no sería un Dios de verdad, ni siquiera uno de mentira. Los hombres no inventaron a Dios, ¿cómo van a crear un dios quienes no saben crearse a sí mismos? Ya, muchos saben crearse, y hasta recrearse, pero no emular a la Naturaleza inventando la vida. A mí me gustaría que se recordara a Nietzsche por reflexiones como aquella en la que se ensaña con los pensadores de vida sedentaria, afirmando que es mucho más sabio y más profundo en sus ideas aquel que mueve mucho y bien sus piernas y sabe llevarlas por todas partes. Así lo creo yo, la vida activa y la actitud positiva y dinámica aviva el pensamiento y despierta la creatividad.
Nietszche combatió y negó a Dios, pero ¿cuál es el Dios al que atacaba este poeta-filósofo? No otro que ese dios vengativo, resentido, soberbio y castigador, ese dios tan utilizado por colectivos fanáticos a lo largo de muchos siglos para ejercer todo tipo violencia sobre personas inocentes llegando incluso hasta el genocidio. Si ese dios ha muerto, bien muerto está. ¡Dios ha muerto, viva Dios!
Jesús María Bustelo Acevedo
