El Algarve es un destino que combina de playas variadas, pueblos pintorescos, naturaleza y paisaje de montes, costas, riscos y rías, unidas a las excelentes infraestructuras viarias y de alojamiento.
Todo esto convierte al Algarve en un destino ideal para todos los gustos e intereses.
Para quienes visitan por primera vez Portugal, es una sorpresa descubrir pueblos y ciudades tan cuidadas, limpias y arregladas, con una arquitectura popular tan genuina y atractiva.
El Algarve presenta muchas similitudes con su vecina Andalucía: los encalados, las callejuelas estrechas e irregulares, los cultivos y frutales típicos del mediterráneo, y una artesanía del esparto, de la cerámica, o del cuero, que bien recuerdan los diversos contactos culturales a lo largo de siglos. Pero es inconfundiblemente portugués en sus ventanas, en sus iglesias, en sus azulejos decorativos en frisos e iglesias, en sus tejados y en sus costumbres.
El turismo de sol y playa se beneficia de un largo verano, casi seis meses al año (de abril a octubre) de sol predominante, un mar de aguas templadas y agradables temperaturas medias.
La combinación es excelente; naturaleza, monumentos y ciudades históricas, pueblos tradicionales alejados del bullicio, y todo esto muy próximo a preciosas playas, con todos las infraestructuras y servicios necesarios.