Una vez que tienes claro cuáles son tus metas, ¿cómo las consigues? Así te sea fácil plantearte qué metas quieres lograr, necesitas cierta disciplina, apegarte a un plan para alcanzar el objetivo.
Previo al desarrollo del plan es necesario asegurar que las metas sean realistas y específicas. De nada sirve plantearte una meta que de antemano sabes que te es inalcanzable, es preferible ser menos pretencioso y más realista, esto te ayudará a mantenerla en el tiempo y a no frustrarte. Al momento de establecer una meta, debes estar conciente de tu real disposición a hacer lo necesario, a pagar el precio desde el punto de vista de esfuerzo y dedicación y luego comprometerse firmemente a alcanzarla.
Acotar tus metas a objetivos más específicos facilita que no pierdas tu concentración, ya que como dice el refrán “poco a poco se llega lejos”.
Una vez que conseguimos que nuestras metas se adecuen a estos parámetros, es momento de sentarse con lápiz y papel y hacer el plan. Esto no es en sentido figurado, realmente es importante sentarse y anotar cuál va a ser el plan a seguir, lo cual nos ayuda a materializar el camino hacia nuestro objetivo.
Es importante también ser positivos y siempre mirar el lado bueno de nuestros progresos y celebrarlos por muy pequeños que sean, ya que todo paso hacia nuestro objetivo es importante. Igualmente, no hay que olvidarse, una vez que tenemos un plan, de revisarlo periódicamente y actualizarlo con lo que puede no estar funcionando como esperábamos o con nuestros logros alcanzados.
“Sin metas y planes para alcanzarlas
te conviertes en un barco
sin dirección a donde ir”...
F. Dodson