Los Millennials y la Generación Z exigen un nivel cada vez mayor de autoservicio a través de aplicaciones, quioscos de autoservicio y servicios en línea. Sí, esto reduce la carga sobre el servicio al cliente y permite que muchos bancos ahorren dinero en apoyo y representantes de ventas, pero también impone una carga cada vez mayor sobre el consumidor para que tome sus propias decisiones financieras sin un asesoramiento personalizado o personalizado. La importancia de los programas de educación financiera aumentará a medida que las generaciones más jóvenes envejezcan y enfrenten decisiones financieras más complicadas.
Por ejemplo, incluso hace una década, la mayoría de las jubilaciones habrían sido manejadas por profesionales a través de un plan de pensiones financiado por el gobierno o una empresa. Hoy en día, los consumidores a menudo participan en las decisiones financieras diarias que contribuyen a sus fondos de jubilación y deben planificar y elaborar estrategias para sus propias decisiones de inversión a través de cuentas 401(k) e IRA. Esto significa que los consumidores deben tener una base de conocimientos financieros significativamente más sólida para empezar a tomar buenas decisiones para su futuro. Esta es una oportunidad perfecta para que su banco ofrezca educación financiera personalizada, ya sea mediante entrega digital o personal bien capacitado. Los programas de educación financiera para bancos no solo mejoran la satisfacción del cliente con soluciones de autoservicio. También ofrecen increíbles oportunidades para construir relaciones con los clientes mientras los ayudan a navegar por opciones cada vez más complicadas. Jacobo Batarse