El incremento del número de rotondas parece que ha ido de la mano del boom inmobiliario.
Antes surgían como champiñones, ahora parece que ya están más estancadas.
Nuestros hijos y parientes más jóvenes no saben lo que es la peseta, pero a este paso, tampoco sabrán lo que eran los semáforos.
Hay veces que nos encontramos con rotondas, grandes, que a su vez también tienen semáforos. Esto ya es como rizar el rizo.
Quién, en su localidad, no ha visto cambiado el típico semáforo que hacía largas retenciones por una magnifica rotonda, y si encima está la placa del alcalde de turno que la inauguró, mejor que mejor.
Gracias a este incremento de rotondas, la construcción de fuentes está siendo cada vez más un negocio en proyección.
Y si junto con la construcción de la fuente viene aparejado un pequeño jardín, tenemos la combinación perfecta. Ya que, por lo menos, las instituciones municipales tiene el buen criterio de contratar a un diseñador de jardines para adecuarla
No es que esté en contra de las rotondas, ni mucho menos, creo que nos ayudan en el día a día circulatorio, pero hay veces un tramo de 5 km de vias secundarias te encuentras con 5 ó 6 rotondas y al final te hartas un poco de dar tantas vueltas.
Desde aquí doy gracias a todos los consistorios municipales por dotarnos a la vista de estás magnificas fuentes.
