Las niñas siempre sueñan con el principe azul. Despúes de sus primeros encuentros con los chicos, comienzan a preguntarse si el principe azul existe en la vida real o sólo en los cuentos de hadas.
Estos sueños de caballos blancos, de capricornios, de palacios, de principes que salvan su princesa con el paso del tiempo chocan con la realidad y se desvanecen. De repente dejamos de creer en amor verdadero, porque siempre lo relacionabamos con el principe azul.
A lo mejor por esta razón muchas relaciones fracasan, porque las mujeres todavía siguen siendo niñas en su interior que buscan su principe azul, su pareja ideal? Buscar pareja ideal significa hacer muchas expectativas hacia ella. Y quien dijo que lo ideal es mejor? Acaso no es aburrido? De repente caimos en un ideal plátonico, que no tiene forma, que existe sólo en nuestra mente. Asi, luego estos ideales creados por nosotros nos impiden encontrar un hombre que sea capaz satisfacernos. De esta manera empezamos a exigir demasiado. Por eso nunca quedamos contentas y vivimos una vida imaginada. El amor se convierte en algo muy ajeno, algo que es muy dificil a conseguir. Asi, la vida real con sus encantos cotidianos pasa desapercebida. La imagen del principe azul aparte de dificultarnos encontrar una relacion más estable, nos impide una percebción clara y sincera de los hombres, los potenciales candidatos para nuestras parejas. Al final nuestro amor se vuelve plátonico. Aqui, nos podemos preguntar, si ¿vale la pena creer en los cuentos de hadas y en los principes azules? O lo mejor inconcientamente somos cenicientas que creen que un día la calabaza se convetrirá en una carroza?