El tarot y la videncia están dentro de esos misterios, que con frecuencia no pueden explicarse porque rebasan las propias posibilidades de la mente humana, situada en el espacio y el tiempo.
La videncia y el tarot son una vía o método para la comprensión paulatina de estas cuestiones, y por incomprensible que resulte ha sido y sigue siendo la vía espiritual para el crecimiento personal al alcance de todos. Las cartas del tarot son hábitos que navegan por encima de todo lo demás, son la sabiduría, la inteligencia, la amabilidad, la fuerza, la virtud el esplendor y la verdad. El tarot y la videncia bien relacionados e interpretados entre sí anteceden a los caminos adecuados por donde el ser humano debe ir para acercarse a la plenitud.
En el conjunto del árbol de la vida las cartas del tarot están dispuestas en los triángulos que forman los caminos de la sabiduría desarrollando en su conjunto la lectura de las cartas de tal manera que se puedan interpretar al alcance de cualquier pregunta, de manera que el tarot recoge el significado de todo lo que existe, y la interpretación no debe estar al alcance de profanos puesto que desvelar la vida de las personas está reservado a la videncia y a la experiencia en cartomancia. Las cartas del tarot se les ha llamado el camino de la sabiduría, porque su recorrido desde la primera hasta la última carta, resume a su vez las etapas por las que transcurrirá la vida de una persona, tanto en su interior como de cara a la sociedad en la que se encuentre.
En la interpretación del tarot no se trata de leer un texto, sino que interpreta imágenes que son a su vez símbolos, y la videncia interpreta de manera sensorial, en ocasiones apoyándose en esos símbolos, por eso la magia del tarot radica precisamente en la sabiduría de su interpretación.
Berta de la Torre
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