He oido decir muchas veces a colegas y amigos en general: “tuve que hasta humillarme muchas veces”para poder vender mi producto a mi cliente. Eso me hizo reflexionar y al hablar con ellos me di cuenta que por cumplir sus cuotas de ventas o simplemente por lograr ventas que den los ingresos para mantener a sus familias durante el mes, es que la gente “siente ese proceso de humillación”. El que vende un producto debe comprender que está satisfaciendo una necesidad. Hay que hacer un esfuerzo de comprensión interna. Solamente cuando el producto que vendemos es de “muy mala calidad”es que en realidad el comprador nos “hace un favor al comprarnos”. Pero si nuestro producto es un “buen producto”entonces somos nosotros como vendedores los que le hacemos el favor al cliente. En todo caso si tenemos una calidad mediocre, cambiemos de productos o incluso de empleo . Y si tenemos un autoempleo y vendemos algo mediocre “con más razón”cambiemos de producto. Asi dejaremos de sentir esa sensación de humillación y por el contrario tendremos un sentimiento de “aporte a la humanidad”, de servicio a nuestro cliente, de progreso para nuestra familia, etc. La principal razón por la cual hemos elegido el producto ( o servicio) que vendemos es satisfacer una necesidad. La demanda que nos hace el cliente es por que él requiere lo que le vendemos. El precio incluso superior al de nuestra competencia puede ser “compensado”por algun elemento adicional de post venta o de complemento. Cuidemos nuestra salud física y mental y sintamos que servimos para bien y no para mal. Hasta la próxima Articulo original de: Juan Carlos Vélez - Gerente General de Ceateci- www.ceateci.net
Es momento de decir "Lo que vendo lo necesita el cliente... Basta de humillaciones
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