A la hora de comprar un telescopio es indispensable conocer las características mínimas que estos instrumentos deben tener para que no sean considerados juguetes. Como regla general se puede decir que cuanto mayor es el tamaño del diámetro del objetivo mejor será el telescopio. Este valor varía de acuerdo al sistema óptico. En el caso de telescopios refractores este valor mínimo es de 80mm mientras que para telescopios reflectores ese número se incrementa hasta los 150mm. Todo telescopio cuyo diámetro sea inferior a lo anteriormente descripto no es un instrumento de calidad sino que es un mero juguete.Los astrónomos, no sólo profesionales sino también aficionados, descartan de lleno todo telescopio que no cumpla con los requisitos mínimos y además afirman que es mejor tener un par de prismáticos de calidad antes que un telescopio de juguete.
Un punto que los comerciantes explotan a la hora de promocionar sus telescopios es la cantidad de aumentos. El aumento máximo que un telescopio puede soportar es igual al diámetro del objetivo multiplicado por 2. Por lo que para un telescopio de 90mm su capacidad máxima de aumento será de 180x. Es muy habitual leer “telescopio de 600x de aumento” pero para ello el diámetro debería ser de 300mm y con sólo observar el telescopio se puede ver que la información brindada es una absoluta mentira.Sabiendo que el diámetro objetivo es el valor más importante de un telescopio y que el aumento máximo no puede ser superior al doble del mismo se puede acudir a una tienda de telescopios con más seguridad para comprar uno. Antes de adquirir un telescopio se recomienda utilizar un simulador de telescopio ya que estos programas informáticos son una buena ayuda para ver en la pantalla del ordenador los diversos cuerpos celestes. Són fáciles de utilizar y sólo debe ingresarse el diámetro objetivo, la distancia focal y el ocular.
