Fukushima no desaparece

Fukushima no desaparece

Poco se comenta de las tareas de control de radiación y limpieza de la zona en Fukushima. La presencia de los medios próximos a  la zona está prohibida por medidas de seguridad. Lo que no se entiende es el silencio del gobierno japonés ante las secuelas de la catastrofe.

No se informa de gente afectada, animales ni zonas con altos márgenes de radioactividad. Sin embargo esto no quiere decir, ni mucho menos, que el problema se encuentre bajo control ni de que no vaya a afectar en un futuro a la propia población japonesa o incluso la americana.

Según un estudio, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) se han detectado niveles de radioactividad en los atunes rojos muy superiores a lo normal junto a las costas de California.

Los autores del trabajo, pertenecientes a la Universidad de Stanford y a la Escuela de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad Stony Brook (EEUU), analizaron 15 atunes pescados en agosto de 2011 ante la costa de California.

El resultado, según relatan los investigadores en el artículo, refleja de "manera inequívoca" que los atunes rojos están transportando partículas radiactivas procedentes de Fukushima de un extremo a otro del océano Pacífico.

"Debido a que el atún rojo se pesca en el Pacífico Este para consumo humano, la posibilidad de una contaminación radiactiva despierta la preocupación pública", escriben los científicos liderados por el investigador de Stanford, Daniel Madigan. Si bien es cierto que estos niveles no parecen suponer ningún riesgo para la salud a día de hoy en caso de ser consumidos por humanos.

Lo que nos muestra este caso es un claro bloqueo informativo en uno de los países más avanzados y tecnológicos del mundo. La censura a la libre información siempre se levantan en cuanto la verdad es incómoda para cualquier gobierno e institución.

Sé el primero en Comentar

Recibir un email cuando alguien contesta a mi comentario