La figura de los conquistadores es controvertida. ¿Fueron descubridores que engrandecieron el mundo o colonizadores codiciosos y descuidados sólo preocupados por su propia gloria personal? Lo cierto es que su legado ha marcado profundamente la historia del mundo. Algunos, como Pizarro o Cortés, son extremadamente famosos, otros, como Inés Suárez, son prácticamente desconocidos.
Sí, hubo mujeres entre los conquistadores, y la imagen de Inés es muy conocida en Chile. Nació en 1507 en Plasencia (Extremadura) y poco se sabe de su vida hasta que, con 19 años, se casó con un aventurero llamado Juan de Málaga. Un año después de la boda, Juan se marchó a Panamá, mientras que Inés se quedó en España. Sin noticias durante años, Inés se embarcó hacia América con apenas 30 años, donde recibió la noticia de que su marido había muerto en la Batalla de las Salinas, y se enfrentó a los partidarios de Francisco Pizarro contra los de Diego de Almagro por el dominio de Cuzco (Perú).
Poco después conoció a otro conquistador, Pedro de Valdivia, con quien inició un apasionado romance. En 1539 partió con Valdivia a la conquista de Chile como única mujer de la expedición. Al principio -recuérdese que era otra época- Inés sirvió como sirvienta; pero pronto se ganó un lugar entre sus compañeros gracias a su valor, lealtad y personalidad.
Fue la primera mujer europea en pisar suelo chileno y una de las fundadoras de la ciudad que, a orillas del río Mapocho, acabaría convirtiéndose en Santiago de Chile.
La batalla de Santiago con los caciques locales, que siguió a la fundación de la ciudad, sigue siendo objeto de controversia, por lo que no es nuestro objetivo analizarla aquí. Lo que sí nos corresponde es la biografía de Inés, y podemos decir que se distinguió tanto por su audacia como por su crueldad. Prueba de ello son las crónicas que cuentan cómo ella misma ejecutó a siete caciques indígenas.
El romance entre Inés y Valdivia duraría hasta 1544, fecha en la que el conquistador fue llevado ante la justicia en Lima por su "unión ilegítima". El asunto se resolvió cuando la esposa de Valdivia fue llevada a América e Inés fue casada con Rodrigo de Quiroga confidente del conquistador.
Tras el romance, Inés se retiró de su vida de conquistadora para dedicarse a la tranquilidad y a la religión, dejando gran parte de su fortuna a la caridad. Finalmente murió en 1580, a una edad muy avanzada para la época. Sin duda su vida estuvo llena de luces y sombras, digna de la historia del controvertido imperio.
