La sociedad cada vez está más comprometida con el medio ambiente y eso se nota. Es por eso que muchas empresas y organismos estudian mejoras y prácticas que se involucren en esta nueva forma de entender el mundo más aprovechable y menos invasiva. Para ello, una de las tendencias actuales que más está floreciendo y ayudando a combatir esta crisis es el uso de los combustibles de biomasa.
Frente a petróleo o gas se están imponiendo materiales como los residuos forestales, huesos de aceituna o piña, o leña natural reciclable. Conceptos que quizás antes no se tenían demasiado en cuenta y que ahora están pasando a ser una de las alternativas más eficientes, cómodas y, sobre todo, ecológicas que ofrece este tipo de mercado.
Algunos de los combustibles de biomasa más característicos y principales son los de origen forestal, como los residuos de explotaciones forestales o industriales, los agrícolas, con las cáscaras de algunos frutos como la piña o la oliva, y los pellets.
Los pellets constituyen una parte fundamental en este mercado de combustibles ecológicos, pero ¿qué son los pellets? Son un conglomerado, es decir, una mezcla compacta de madera triturada. Una madera que puede provenir de ejemplares como el roble, haya o el pino.
Este tipo de combustible natural puede usarse, sobre todo, para la alimentación de calderas y estufas de biomasa.