Pasaron unos días... Una noche me puse a leer uno de mis viejos cómics de X-Men Comics, donde hay personas dotadas con habilidades mutantes de pago). En el episodio que he leído, hubo un nuevo héroe que hizo su aparición. Era un mutante que tenía la capacidad de obtener siempre la buena suerte, pase lo que le pase. Alguien le disparaba, la bala le rebotaba. Él se encontraba atrapado y de repente se producía una revuelta de prisioneros, dejándole la oportunidad de escapar. Y así sucesivamente...
Podríamos decir que este superhéroe tenía la buena suerte de su lado. Pero el autor de este episodio se veía de otra manera. A través de este súper héroe, él exponía sus puntos de vista.
Pensándolo bien, parece que el factor de la buena suerte es un concepto completamente contradictorio. Un poco como el Yin y el Yan. Es cierto que si un pobre hombre gana la lotería, se considera afortunado.
Lo contrario también funciona. ¿Se puede decir que alguien tiene mala suerte porque se rompió una pierna cuando tuvo la buena suerte de tenerla en perfecto estado dos segundos antes? Un tazón nunca se romperá una pierna... ¿Podemos decir entonces que tiene más suerte que nosotros en este sentido, porque nunca se tendrá la desgracia de romperse una pierna?
En cada caso de mala suerte, debemos reconocer que ocurre porque justo antes de esa situación tuvimos la buena suerte con nosotros.
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