La Divina que dormía en un ataúd

La Divina que dormía en un ataúd

No quiero ser como Beckham, quiero ser como Sara Bernhardt

¡Todo en esta mujer es admirable! Se la recuerda por haber sido una de las mejores actrices de todos los tiempos y por ser una pionera. Sin embargo algunos acontecimientos de su vida son dignos de recordar hoy.

Debido a que detestaba las viejas normas francesas, donde se declamaba de una forma sobreactuada, ella impuso la naturalidadcomo escuela.

Desde luego el dato más curioso sobre su vida y completamente cierto es, que dormía en un ataúdque compró ella misma. Le gustaba tanto que son muchas las fotografías de la actriz dentro de él, aunque tardó en estrenarlo, puesto que murió a la edad de 79 años.

Era rubia, delgada y con unos ojos tan azules que hipnotizaron no sólo a Sigmund Freud sino al mismísimo rey Alfonso XII y a Victor Hugo. Eran amores no correspondidos, puesto que ella amaba al Príncipe de Ligne con el que tendría a su único hijo Maurice Bernhardt. Quede dicho que el apuesto príncipe la abandonó al poco de saber la noticia del embarazo.

Aunque era de carácter firme y de claras convicciones, tenía miedo. Sufría pánico escénico cada vez que se subía al escenario. Los espectadores percibían el nerviosismo de la actriz y se creaba una situación incómoda que, por fortuna, iba desapareciendo a medida que avanzaba la obra.

Empresaria, valiente, pionera, actriz, escritora, pintora, escultora, madre, tal vez buena amante y buena amiga. Está decidido: Quiero ser como la Bernhardt.

Quiero ser Hamlet y Ofelia

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