Nueva York está de celebración. Y es que su símbolo más conocido en el mundo, la estatua de la Libertad, cumplió ayer 125 años, desde que en 1886 el presidente Grover Cleveland inaugurara el regalo del Gobierno francés dedicado a Estados Unidos. Para celebrarlo, la Gran Manzana le dedicó ayer al emblemático monumento un impactante show de fuegos artificiales sobre el río Hudson, horas antes de que se cerrara temporalmente para someterse a unas necesarias reformas de 27 millones de dólares.
Bajo el nombre original de “La Libertad Iluminando al Mundo”, el monumento pronto fue renombrado popularmente con el nombre de “la estatua de la Libertad”. La figura representa a una mujer vestida con una amplia estola que sostiene una antorcha en su brazo derecho, levantado hacia el cielo. En la cabeza tiene una corona con siete picos, correspondientes a los siete continentes y a los “siete mares”, tal y como se conocían en la antigüedad (el Pérsico, el Negro, el Caspio, el Rojo, el Mediterráneo, el Adriático y el de Arabia).
Ubicada en la desembocadura del río Hudson, en Staten Island, pronto se convirtió en todo un símbolo del valor por excelencia americano: el de la libertad. Este valor se vio reforzado ya que era la primera imagen que tenían los inmigrantes que llegaban a la ciudad desde Europa, y fue calando en el imaginario popular de quienes poblaban las tierras norteamericanas. Actualmente, está a cargo del Servicio de Parques Nacionales de EEUU y ha sido declarado “Patrimonio de la Humanidad”. Muchos son los que visitan Nueva York por este monumento. Si eres uno de ellos te aconsejamos que te hospedes en algún hotel oapartamento de alquiler en Manhattan.