Ante una entrevista de trabajo, es imprescindible haber preparado bien tu curriculum, sabértelo de memoria, e incluso preparar un pequeño discurso para vender mejor tus capacidades. Sin embargo, no debes dejar de lado otros aspectos tanto o más importantes para causar una buena impresión en el primer contacto con el que puede ser tu futuro trabajo.
Se trata de todo aquello que no expresamos con el lenguaje: la denominada comunicación no verbal. Desde la postura corporal que adoptes durante la entrevista, hasta la mirada, pasando por la vestimenta o la entonación a la hora de hablar. Todo cuenta para que triunfes en una entrevista. Aquí van unos consejos para que sepas qué debes hacer y qué no en un momento tan importante:
- Aspecto. Es importante vestir adecuadamente. Por ello, es conveniente informarse de las características de la empresa para saber qué ponerte para la entrevista. Nunca fallarás si optas por ropa discreta, no ceñida, sin colores llamativos. Y no te pases con el uso de perfume.
- Postura corporal. Debes transmitir relajación, con una postura enderezada, con los codos fuera de la mesa y manteniendo el contacto visual con el entrevistador. Antes, en las presentaciones, debes estrechar la mano con firmeza pero sin excesiva fuerza.
- Lenguaje de las manos. Como indicábamos, es bueno mantener las manos encima de la mesa y mostrando de vez en cuando las palmas, aunque es conveniente no moverlas mucho ni gesticular en demasía.
- Simpatía. Un rostro relajado y una sonrisa natural transmite confianza y seguridad. Nunca hay que olvidar la máxima de ser uno mismo en una entrevista de trabajo: la naturalidad, por encima de todo.
- Puntualidad. Todo se puede ir al traste por un retraso. La primera impresión cuenta mucho y la puntualidad es muy importante. Es conveniente llegar unos minutos antes de la hora fijada.
