La lesión osteopática es una restricción de movimiento en una articulación dentro los limites fisiológicos de movimiento de dicha articulación, por lo tanto no es una luxación, más bien una subluxación, que irrita los tejidos peri articulares y genera contracciones musculares.
Existen tres tipos de técnicas osteopáticas:
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Osteopatía craneal: Tratamiento de los problemas relacionados con la estructura ósea del cráneo y la mandíbula, y su influencia sobre el sistema nervioso centra y autónomo. Es efectiva para la corrección de problemas posturales, en traumatismos craneales, secuelas de accidente cerebro-vasculares y disfunciones neurológicas (parálisis de Bell, migraña, vértigo).
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Osteopatía articular: Se ocupa del aparato músculo-esquelético y de la postura. Es efectiva en traumatismos, disfunciones de la columna vertebral, cervicalgías, hernias discales, problemas articulares, artrosis y artritis.
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Osteopatía visceral: Se ocupa del tratamiento de órganos y vísceras, mejorando la función de estos. Es efectiva para problemas con el sistema digestivo, secuelas de cirugía y de infecciones.
En la actualidad hay muchas enfermedades y dolencias que pueden sanarse mediante la osteopatía. En Europa y en el resto del mundo ya conocen los efectos positivos de esta disciplina alternativa. La medicina convencional no es la única solución. Hay muchas dolencias que sin el ingesto de fármacos y sin fórmulas químicas pueden ser sanadas de una forma no agresiva para el cuerpo.
