En la televisión siempre hay información que ni si quiera podemos comprobar, por ejemplo, los búhos son las únicas aves que pueden ver el color azul. ¡Carajo! Si alguna vez quise ser un pájaro fue sólo para cruzar de un lado a otro el cielo AZUL, pero si no puedo verlo de qué fregados me sirven las alas.
Mi novia se creé todo lo que dice la televisión y eso me molesta. Me da la sensación que utiliza argumentos y diálogos exactos que memorizó de las telenovelas. No sé si llamarla teleadicta, pero saca cada cosa que me dan ganas de tirarle el aparato por las escaleras. Como esa idea de que hagamos una boda y de que le compre un anillo y toda la cosa, ¡carajo! Tan a gusto que estábamos los dos en nuestro departamentito, ella con un trabajo de medio tiempo y yo con dos trabajos. Los domingos para los dos y nada de compromisos ante nuestros padres. Pero no, tuvo que enterarse de la boda de Ninel Conde y de la boda de Angélica Vale.
Ahora tiene la costumbre de hacerme comentarios grotescos haciendo hincapié en que ya no trae todos los anillos de fantasía que solía usar para que sus dedos estén des-pe-ja-dos, incluyendo el dedo a-un-lar. Yo me hago el loco, y pongo música de los Caimanes en mi ipod mientras le ayudo a poner la mesa para la comida.
Hoy encontré un programa en la tele que habla de una pandemia de boda, donde todos los que se casan invariablemente se infectan y se transforman en personas altamente estresadas y mentirosas. Qué lástima que Laura salió y no está viendo la tele conmigo.
