Hace algunos años que comenzó esta crisis y absolutamente todas las empresas de nuestro país tuvieron que hacer cambios en su estructura de negocio. Unas, se han visto más afectadas que otras, y algunas de ellas ya ni existen. En el terreno de las imprentas tradicionales empezaron a surgir dudas y se empezó a vislumbrar lo que comenzó a ser una máxima en el sector: la gente cada vez imprime menos, la vida útil del papel tiene los días contados. Era una realidad que parecía inminente: “se acaban los clientes”. La mayoría de las imprentas comenzó con la guerra de precios y empezaron a premiar a sus clientes con cosas como cantidades exageradas por un precio ridículo. ¿Pero realmente se estaban acabando esos clientes que antes imprimían casi semanalmente en su imprenta? Comenzaron a surgir rivalidades entre las propias imprentas, las ventas cada vez eran más dificultosas y algunos clientes descontentos empezaron a ir de unas a otras, buscando el mejor resultado final calidad-precio. Hasta que se dejaron caer por internet y descubrieron una nueva forma de imprimir, a veces sin tanta problemática: la imprenta online. Ya no tenían por qué conocer al señor/a que les imprimía sus tarjetas de visita, ni sus carteles promocionales, ni sus folletos publicitarios, ahora sólo con un par de clicks conseguían ahorrar tiempo y dinero imprimiendo en internet. Podían tener un trato cordial y satisfactorio con alguien que ni conocían (a pesar de la reticencia que es común en el cliente de imprenta). El resultado en la mayor parte de la ocasiones, comenzó a ser excelente, así que su sitio a partir de entonces comenzó a ser ese. Estos clientes de imprenta han ido evolucionando hasta llegar a “consumir” casi por entero en la red, en donde sus demandas son atendidas parece ser con mejores resultados… Es posible que sea la hora de que la imprenta tradicional se virtualice y se plantee abrir mercado ahora en internet, el papel sigue dando guerra, sí, pero debemos de cambiar la forma de trabajar con nuestros clientes potenciales, quizás mañana sea demasiado tarde.