Para mucha gente la miel es un producto totalmente desconocido. Todo el mundo sabe qué es pero poca gente es la que la incluye en su dieta.
Se trata de uno de los alimentos más naturales del mundo, pero hay que incluirla con cabeza dentro de una alimentación variada y equilibrada. Porque su principal ingrediente es azúcar (fructosa y glucosa), además de minerales y vitaminas.
La gran variedad de miel que existe se debe al polen que utilizan las abejas para su elaboración, lo que depende de la ubicación de las colmenas. Podemos encontrar desde la conocidísima de mil flores, pero también específicas como de romero, tomillo, espliego, encina, naranjo, etc.
Las propiedades de la miel son muchas, por ejemplo, en momentos de mayor rendimiento intelectual (periodos de exámenes o de gran estrés laboral) una cucharadita de miel de espliego junto con una cucharadita de polen ayuda a potenciar la memoria y el rendimiento.
También destacamos sus propiedades suavizantes, ayuda a calmar la tos y a suavizar la garganta en procesos inflamatorios. Y es un buen sedante que nos ayudará a conciliar el sueño.
La miel pura en su justa medida puede aportar al organismo multitud de beneficios, hemos destacado algunos pero existen muchísimos más.
