Indudablemente el mundial de fútbol es el evento deportivo más esperado, algunos mundiales son más interesantes que otros pero al final todos son apasionantes.
En lo personal siempre diré que el mundial que más disfruté fue el de Italia 90, muchos lo critican por la falta de goles y las definiciones por penales pero nadie le puede quitar los momentos maravillosos que se vivieron, basta recordar el gol de Freddy Rincón a Alemania que no solo lo gritó Colombia sino toda Latinoamérica o las grandes atajadas de Sergio Goycochea que fue pieza fundamental para que Argentina llegue a la final del mundial.
Otros matices únicos que tuvo Italia 90 fueron los planteos conservadores de algunos técnicos como Carlos Salvador Bilardo que fiel a su estilo se preocupó de no dejar jugar a sus rivales. ¡Ojo que aquí quiero hacer una aclaración! Y es que no critico a Bilardo quien me parece unos de los mejores técnicos que ha dado el fútbol mundial sino que quería resaltar su filosofía de juego la que dejó muy bien plasmada en ese mundial.
Como todos los mundiales Italia 90 no estuvo libre de polémicas las cuales solo mencionaré porque no es mi intención entrar en disputas con nadie: La primera fue el bidón de agua del brasileño Branco en el partido de Argentina contra Brasil en los octavos de final y la segunda el arbitraje del señor Edgardo Codesal en la final que disputaron Argentina y Alemania.
Italia 90 fue un mundial que tuvo todo lo que un evento deportivo debe tener: Emoción, polémica, pasión, injusticias, errores pero sobre todo una magia que dudo que llegue a tener otro mundial.
