Las calderas son contenedores metálicos, completamente cerrados y destinados a producir vapor o calentar agua a través del calor producido y a una elevada temperatura, superior a la del ambiente y a una presión mayor a la atmosférica.
Las calderas funcionan a través de combustión con la ayuda de un elemento comburente que favorece la combustión de otras sustancias y que a través de una superficie de intercambio se da paso a la transferencia de calor.
La estructura de un caldera dependerá del tipo pero de manera general se pueden identificar las siguientes partes:
Hogar: contiene al quemador en su interior y en él se produce la combustión del elemento comburente y producción de gases calientes.
Quemador: Quema el combustible.
Tubos de intercambio de calor: a través de su superficie fluye el calor desde la fase gaseosa hasta la fase líquida. También se generan burbujas de calor.
Separador líquido-vapor: Se requiere para poder separar las gotas en estado líquido de los gases aún caalientes, antes de volver a la caldera.
Chimenea: por ella escapan los humos y gases producidos en la combustión después de ceder calor al fluido.
Carcasa: Es la que recubre el hogar y el sistema de tubos en los que se roduce el intercambio de calor.
Distintas características dan lugar a distintos grupos de calderas:
De acuerdo a la posición relativa entre el fluido a calentar y los gases de combustión se encuentran dos tipos: con tubos múltiples de humo o con tubos de agua.
De acuerdo a la posición relativa entre el fluido a calentar y los gases de combustión se encuentran con tubos múltiples de humo o con tubos múltiples de tubos de agua.
De acuerdo al número de pasos tenemos de un paso de recorrido de los gases y de varios pasos.
De acuerdo al tipo de tiro existen de tiro natural, de tiro inducido y de tiro forzado.
De acuerdo a las necesidades energéticas las hay de agua caliente, agua sobrecalentada, de vapor saturado, de vapor sobrecalentado y fluido térmico.