La aventura del tour desde Tel Aviv, para conocer el Mar Muerto, fue una de las experiencias de Israel que nunca olvidaremos. Después de un viaje a través de la hermosa ruta del desierto, llegamos a uno de sus balnearios. A pesar de que ya habíamos escuchado muchos comentarios, no estábamos preparados para la impresión que recibimos: por más que lo intentes no te puedes hundir en sus aguas, siempre flotas. Nos explicaron que no conviene intentar darte la vuelta sin poner los pies en tierra porque puedes volcar, quedarte boca abajo. La clave está en encontrar tu centro de gravedad; para flotar sin problemas. La riqueza del Mar Muerto consiste en las propiedades curativas de sus aguas y del barro o lodo que allí se forma. El lugar es perfecto para exponerse a los rayos solares, ya que el vapor del agua que procede del Mar Muerto actúa como filtro solar, y, por más tiempo que nos expongamos al sol, no nos afectan los rayos solares en la misma forma que lo harían en cualquier otro sitio. El sedimento depositado en el suelo del Mar Muerto y el clima de esta área alivian el reúma y la artritis, por lo os sometimos a ser completamente embadurnados con este barro medicinal, y permanecimos así una media hora, aprovechando para tomarnos las fotos que luego sorprendieron a todos nuestros amigos y familia, al punto de lamentar no haber tomado más…
Sumado a esto, la alta presión barométrica facilita la respiración por lo que es recomendable para los que sufren afecciones pulmonares o asma. Dicen que Cleopatra utilizaba las materias primas del Mar Muerto para sus tratamientos de belleza. En la actualidad, fábricas de productos cosméticos y farmacéuticos fueron edificadas cerca del mar, que elaboran productos especiales para el cuidado de la piel basados en minerales del Mar Muerto.
Dicen que una semana de tratamiento puede rejuvenecer diez años, y sinceramente así nos sentimos. Cien por ciento recomendable, regresamos de este tour descansados, relajados y con la piel radiante.