Desde 1997 disfruto de un texto dedicado que me regaló un amigo: “El libro de los Cinco Anillos ” , de Miyamoto Musashi. Dicen que este maestro fue un excepcional espadachín, fundando una escuela para enseñar el arte de la lucha a espada. Extraigo una de las enseñanzas recogidas en dicho libro y que me consta sigue mi guerrero amigo a pié juntillas:.
“Las personas de cualquier condición se enfrentan a las consecuencias del éxito y del fracaso, tanto si se hallan preparadas para ello como si no. La diferencia entre un guerrero y una persona ordinaria es que el guerrero estudia deliberadamente cómo servirse de los hombres, de los materiales y de las armas para tener poder, beneficio y prestigio. La victoria o el éxito no se dejan a los vientos del destino ni a los caprichos de los demás. En esto reside la importancia real de aprender el camino de la competición”.
Será porque a duras penas me considero un granito de arena en este mundo que me ha tocado vivir, por lo que me gustaría saber con exactitud como define Musashi a una “persona ordinaria” En mi opinión, nadie es ordinario. Por suerte o por desgracia, por ahora la Naturaleza nos hace todavía a cada persona única e irrepetible, eso sí, sometida a los vientos de supervivencia y convivencia (la soledad, la familia, los amigos, los enemigos, la sociedad , etc. ), que, desde que estamos en el vientre de nuestra madre hasta que descansamos definitivamente nuestros huesos en la tierra, van erosionando y moldeando nuestro ser.
Justamente hace unas semanas, me preguntó un amigo qué es lo que iba a hacer laboralmente en el futuro a corto. Le respondí que era un ronin en busca de un Señor al que rendirle pleitesía. Algo habrá por ahí esperándome donde pueda aportar valor a un proyecto empresarial y me siga enriqueciendo profesional y personalmente. Filosofía oriental ordinaria, al fin y al cabo, pero que me ayuda a seguir andando por este camino que es la Vida.
