Significados y psicología del color violeta

Significados y psicología del color violeta
“El violeta es el color  de lo  inconsciente, de lo secreto; se muestra ya amenazador, ya regocijante, en función de los contrastes, ya opresivo, ya ahogado. Cuando los toques   de violeta abundan en una composición, puede operar de una manera verdaderamente pavorosa...” Johannes Itten
 
Heller nos dice que en este color abundan  las cualidades opuestas; esto bajo la teoría  de que  su estructura cromática está dada a partir de dos colores que en sí, son opuestos, el frió azul y el cálido rojo  y es precisamente en esta dualidad  en donde, según  Heller, radica el simbolismo  del color violeta.
 
Es el color de la vanidad, lo extravagante y lo singular y por cierta afinidad lógica con los conceptos anteriores, también se relaciona con lo frívolo, con la moda y con lo original. Dichas asociaciones, posiblemente se deban a que el violeta al igual que el naranja, el amarillo y el rojo, tiene el poder   de llamar la atención, precisamente por tener dentro de su estructura cromática a este último color (el rojo), pero a diferencia de cualquiera de ellos, el violeta es capaz  de retener la atención por más tiempo, pues su contemplación no lastima la retina tanto como el resto de los colores de la familia de los cálidos debido a que  su grado de valor no le otorga un brillo tan intenso como al de estos, cabe mencionar, que suele tener un aire más sofisticado y elegante, lo cual no debe de extrañar si se considera que dentro de los colores cromáticos, es esté, el que más se acerca  al color negro, el color de la elegancia, obteniendo así, un toque llamativo junto con uno de distinción; sobre esto último, Heller nos comenta que aquella persona que se viste de  violeta, no lo  hace de manera  inconsciente, si no siempre con un propósito, casi extravagante, por querer llamar la atención. 
 
Es también el color de lo artificial y lo no natural, esto, explica Heller, posiblemente se deba a que a excepción de algunas flores de este color, es el menos común en la naturaleza, lo que le confiere cierto aire de artificialidad. También representa  la ambigüedad, lo inadecuado y lo subjetivo, esto en palabras de la propia Heller, puede tener su origen a que “en el violeta  está siempre presente la duda  de si en él predomina el rojo o el azul” entre lo femenino y lo masculino, lo cálido y lo frió, lo espiritual o lo carnal.
 

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