Soneto para mi hermana

Soneto para mi hermana

Hoy recuerdo tu locura, corazón

siempre ajena al locuaz entendimiento

sordos los oídos y un solo pensamiento:

sus brazos engañosos eran toda tu obsesión.

Nada pudo detenerte, ni la más sabia razón

ni el temor a que se abrieran tus heridas

ni la voz de experiencias ya vividas

han frenado tu penosa obstinación.

Pasarás la vida lamentando,

maldiciendo de tu suerte la negrura;

vida y suerte van unidas conspirando

para que nunca se acabe tu amargura

para que sigas mil veces tropezando

sobre el rostro inmutable de la piedra dura.

Nos quitaron la ilusion y ahora

Tengo una pena

Soneto para mi hermana

soneto de otoño

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