El vino tinto Crianza, emerge como una de las grande joyas vinícolas. Gracias a su proceso de envejecimiento en barrica, aporta más que un sabor único: una auténtica experiencia sensorial.
Mediante un proceso que se extiende durante más de 12 meses, el vino adquiere notas de sutileza y complejidad que le hace protagonista por encima de otros caldos.
Y es que su paleta de sabor y aroma es muy generosa y sorprendente. La combinación de matices afrutados, ahumado, tostado y especiado, confluyen para dar a luz un vino equilibrado, armonioso y delicioso.
Durante al menos doce meses, el vino se almacena en barricas de roble. Gracias a esta estadía, el vino adquiere esas características propias de la madera, así como un proceso de oxigenación lenta, que permite la perfecta integración de los componentes del vino y la suavización de los taninos.
Después de este proceso, se pasa al embotellado. Durante este tiempo, adquiere nuevos matices y madura hasta alcanzar un sabor único e inconfundible.
¿Con qué maridar? Sus características le hacen perfecto para carnes y quesos. Se trata de un vino versátil que combina a la perfección para cualquier ocasión.
El vino tinto Crianza es un verdadero tesoro, que deleite paladares alrededor del mundo entero. Gracias a páginas como La Caja de Vinos, podemos adquirir vino tinto Crianza de manera sencilla y cómoda, a un precio excelente. Beber vino crianza, es más que una bebida, es una experiencia sensorial.