Como cepa se le conoce al tronco de la vid, a partir del cual brotan hojas, frutos y sarmientos. Las cepas básicamente se clasifican de acuerdo a su vinificación, de cuyas uvas se extrae el vino y de acuerdo a aquellas cepas de mesa, cuyas uvas se destinan para pasas o bien, para el consumo fresco, El término “cepa” se emplea básicamente para referirse a los diversos tipos de variedades viníferas aunque es común escuchar que se refieren también a este término como “uva” o “vid”. Son precisamente la forma de las uvas y de las hojas, lo que le brinda a cada cepa sus características principales, las cuales las distinguen unas de otras.
Los vinos sí se pueden producir al mezclar diferentes cepas. A este procedimiento se le conoce como ensamblaje. A partir de este factor, en los casos en los que un vino contenga 80% de la misma cepa, se le conoce como “varietal”. La cepa es de hecho, lo que le brinda a la bebida su carácter “varietal”, la cual incluye la textura, el sabor o el aroma. Por lo tanto, se puede decir que la elección de la cepa es completamente esencial para determinar el carácter de la respectiva bebida que se pretenende beber.
A. Verástegui
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