Hace tiempo que empresarios y particulares ávidos de encontrar un lugar en el cada vez más saturado mercado de consumidores, recurrimos sin tardanza a las clásicas y socorridas tarjetas personales. Este pequeño formato nos permite entregar de forma rápida, sencilla y funcional la información de contacto que permitirá a nuestros clientes acceder a nuestros servicios.
En esta dura batalla todos competimos – especialmente las empresas como la mía- por ofrecer tarjetas corporativas diferentes, de diseño, que destaquen entre los cientos de pequeñas identidades almacenadas en la billetera de algún cliente potencial.
Y, ¿qué mejor forma de aunar el diseño con la funcionalidad que una CD Card? Para aquellos que no conozcan el término diré que se trata de presentaciones multimedia en forma de tarjeta personal, que funcionan como un CD-ROM y en las que se pueden incluir datos corporativos, imágenes, catálogo de productos, vídeos, música, enlaces a la web, novedades, etc.
Todo ello en un soporte del tamaño de una tarjeta de visita, con un diseño y un contenido totalmente personalizado y una intefaz muy intuitiva que permite al usuario navegar cómodamente a través de la información.
Este novedoso y actual producto tiene las ventajas de una tarjeta clásica en papel, pero además pone al alcance del cliente todo tipo de contenidos corporativos para que pueda acceder a ellos sin trabas ni complicaciones.
¡Una forma distinta, económica y muy útil de distinguirse de la competencia y acercar nuestra empresa al público!
Laura Cervera
Nextia | Diseño Gráfico, diseño web, Multimedia, Formación
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