Pero yo ya te amaba cuando te conocí.
Amé tu forma de sonreír, de decirme que no llorara, de tomarme de las manos y besar mis dedos.
Fue la primera y única vez que sentí a mi corazón latir de tal forma y con tal intensidad.
Por siempre nos había separado una gran distancia en todos los sentidos, y este sueño era diferente.
Alto, corpulento y agradable de abrazar. Me hubierda quedado soñando entre tus brazos para siempre, soñando que ello no se acabaría...
Me miras extrañado, quizás incómodo, y te susurro un "te amo" al oído, sabiendo que tú no sientes lo mismo por mí.
"Lo siento" me dices. Y no importa, precioso, porque yo ya me iré. El resto seguirá siendo cero y uno, y después como todo será como si nada hubiera sucedido pero yo sé que puedo tener recuerdos. Y yo te amo aún si no voy a volver a verte, pero ahora quiero un momento eterno. Tu caja toráxica se ensancha y desensancha, conforma tú inhalas y exhalas aire.
Te doy un beso en la mejilla y las mías se enrojecen. Está bien, te suelto, precioso. Cejas frondosas, piel morena, cabello castaño, facciones extravagantes pero para mí las más llamativas... Todos irreal. Mi tacto ni lo siento.
No eras sólo un cero y uno, los "¿sí?" del teléfono no eran falsos y las fotos no eran trucadas.
Fue la segunda vez que te conocí.
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Nara ::
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