Un primer grupo es el de los llamados “pequeños electrodomésticos”, donde se incluirían exprimidores, freidoras, licuadoras, centros de planchado, tostadoras… Todos estos objetos, debido a su tamaño, pueden meterse en cajas. Es preferible que sea de forma individual, en contenedores ajustados a su tamaño para que sea visible la relación peso/volumen.
Después encontraríamos los de tamaño mediano, tipo microondas u hornos eléctricos. La primera previsión en estos casos, es la de comprobar si tienen piezas móviles en su interior (plato giratorio, bandejas y similares). Deben envolverse para su protección. Igualmente, hay que recoger cualquier cable para evitar que se enganche o pueda romperse.
El resto de electrodomésticos se pueden considerar ya de gran volumen. Cada uno necesita unas precauciones específicas que te detallamos:
- Frigoríficos: se deben vaciar completamente, además se desconectará con 24 horas de antelación y lo mismo para volver a conectarlo. Fijar las bandejas y soportes con cinta de embalar.
- Lavadoras: comprobar que el interior está seco. Usar los tres tornillos que traen de fábrica para fijar las piezas móviles, si se han guardado. Sujetar la manguera y el cable.
- Lavavajillas: Las mismas precauciones con manguera y cable que en las lavadoras.
En todos los casos, se recomienda usar mantas para proteger el exterior de posibles golpes.