No hay un origen real, se sabe que la “tequila” tiene como significado lugar donde se corta, refiriéndose a las laderas del volcán tequila, localizado muy cerca de Guadalajara, donde hay grandes cantidades de obsidiana. También que deriva del náhualt ‘tequillan’, se dice que los tiquilinos hacían tributo con obsidiana a los mexicas.
La razón por la el tequila alcanza fama internacional es el agave que significa adorable en griego. Existen dos versiones del nacimiento del tequila; la primera dice que los indígenas tiquilinos lo descubrieron gracias a varios sucesos naturales y la segunda que surgió de los procesos de destilación que los españoles usaban para producir bebidas alcohólicas.
Dice la historia que nativos estaban en una cueva refugiándose de la lluvia, desde ahí vieron que un rayo partió en dos a un agave azul, al terminar la tormenta, un agradable aroma comenzó a expandirse por la zona. Se acercaron a probarlo y experimentaron una transformación placentera que los ayudó a desinhibirse, a sentirse alegres; considerándolo un regalo de los Dioses.
A partir de ese momento, el tequila se comenzó a considerar como acompañante en fiestas y rituales mexicanos, de hecho, se dice que Moctezuma le ofrecía de esta bebida a Hernán Cortés para agasajarlo. Pero también, es cierto que no existen evidencias de destilaciones antes del arribo de los españoles.
En épocas de porfiriato, el consumo de esta bebida crece en distintas partes del país gracias al ferrocarril, aunque considerada para clases bajas. Después de la revolución, se valora el tequila y se le considera símbolo de identidad mexicano.