Vale… Has decidido en convertir en un estilo de vida más sano. Ya decidimos en apuntarnos en un gimnasio para tener cuerpos más sanos. Pero como dicen, el músculo más difícil de entrenar no es el musculo de los brazos ni de las piernas. Es el cerebro. Al momento que el cerebro ya dice «no», ya es muy difícil seguir.
Es por eso que tenemos que dar el cerebro razones para seguir. La mente es un aparato como la computadora. Da cuenta de los cambios y hace calculaciones para saber los que han pasado. Hasta que puede ver resultados, quedará animado para hacer algo. Pero si no ve nada, va a perder el interés más tarde o más temprano. Pues, acá están algunas cosas que podemos hacer para quedarnos interesados.
La primera cosa es tener una meta. La meta debe ser realística. Por ejemplo, tener un cuerpo musculoso dentro de dos meses por supuesto es una locura. Será mejor apuntar partes específicos del cuerpo. Por ejemplo, podemos empezar con el pecho. Al momento que ya vemos cambios en los pechos ya es el tiempo para entrenar los brazos.
También, no olvides que tenemos los aparatos de gimnasio para hacer la vida mejor. Especialmente si la meta es estéticas, podemos utilizar estos aparatos para apuntar el grupo específico de los músculos que queremos entrenar. Es necesario saber cual es cual para que podamos ver los mejores resultados. Claro, no podemos trabajar con las maquinas de piernas y esperar resultados a la parte abdominal.
Finalmente, es necesario que las metas sean flexibles. El cuerpo humano tiene limitaciones. Damos cuenta a los pequeños mejoramientos. Aún son pruebas que algo bueno pasa en nuestros entrenamientos.
