Venimos de muy lejos. A través de muchas generaciones.
Todos pertenecemos a nuestro Sistema Familiar, ellos nos han transmitido los más grande: la vida, además de su amor, sus aptitudes, y sus rasgos físicos. También heredamos de nuestros antepasados las emociones que no pudieron expresar, los traumas, las creencias y los conflictos que no quedaron resueltos. Todo ello forma parte nuestro Inconsciente Familiar.
Muchas de las situaciones difíciles de nuestra vida están ligadas a este Inconsciente Familiar y son señales para indicarnos la necesidad de reparar algo que fue interrumpido o vulnerado o bien por "amor ciego" decidimos inconscientemente repetir determinados patrones.
El gran aporte de Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares, son los denominados “Órdenes del Amor” (Pertenencia, Orden y Equilibrio entre Dar y Recibir) cuya transgresión ocasiona la mayoría de los desequilibrios mencionados. Las Constelaciones constituyen la herramienta fundamental para restablecer el equilibrio y la armonía entre todos los miembros del sistema.
La Constelación actúa sobre nosotros mediante imágenes. Cuando el facilitador configura una constelación utilizando representantes para cada persona o elemento relacionados con el asunto de que se trate, se crea una imagen del conflicto y el origen a nivel sistémico que lo provoca; de esta forma nos ayuda a ver cuál es la verdadera causa del mismo y, a partir de dicha imagen, iniciar el movimiento solucionador.
Las Constelaciones actúan por resonancia, por lo que el beneficio no es solamente para la persona que realiza su constelación sino para todos los asistentes al taller. Por ello constituyen una poderosa herramienta de sanación para liberar la energía que tenemos vinculada a sucesos del pasado permitiéndonos vivir el "aquí y ahora" y así poder diseñar y establecer nuestro propio futuro en sintonía con la Vida.
