Economia de Bolsillo: Humor Amarillo

Economia de Bolsillo: Humor Amarillo

Hay un programa televisivo que lleva por nombre Humor Amarillo que retransmite un concurso japonés donde un heroico concursante tiene que superar diversas pruebas al aire libre que reproducen a gran escala distintos escenarios de guerra. Uno de los obstáculos, visto con una cámara cenital, es un laberinto con puertas falsas y puertas que se abren donde el concursante tiene que entrar y recorrer celda a celda para buscar la salida correcta tratando de evitar los monstruos humanos que lo acechan.

Declarar impuestos en España tendría que ser una serie de humor negro, no por voluntad del contribuyente ni por la monstruosidad del recaptador, sino por la obstinación del legislador. Tan fácil que seria que el camino del contribuyente fuese amplio, bien señalizado y con los precipicios bien señalizados en ambos lados de la ley para quien se despiste caiga en manos de la justicia. Pero aquí nos gusta complicarnos las cosas, las excepciones introducidas al azar de decenas de grupos de presión, hasta haber convertido la contribución en un laberinto, delante del goce de los asesores fiscales y de los creadores de programas de ordenador. Es el nuestro humor amarillo: nos engañan “como a chinos”. Y el embudo que tendría que suponer la recaptación -en la parte ancha todos los contribuyentes sin excepción y al vértice estrecho el dinero del Estado sin ninguna derivación posible- se ha convertido en otro chino, este tamizador por donde todo se cuela.

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