Nada adorna un jardín más que las flores. Hay plantas que son realmente hermosas por su forma y su verdor y les podemos dar formas y hasta figuras que hacen que un jardín se vea impresionante.
Soy fanática de las plantas y nada me gusta más que ver el verdor y sentir el olor de la tierra mojada, escuchar el zumbido de los insectos y ver crecer las hojas de mis plantas.
De todos modos, nada me emociona más que ver las primeras flores. Cualquier jardín sin flores puede terminar solo en una alfombra verde.
Las flores no solo dan color sino que anuncian la llegada de mejores tiempos, tiempos de renovación y de esperanza que hacen que cualquier visitante del jardín se conmueva.
Dicen que los colores cambian nuestro ánimo y que nos hacen sentir mejor. Un color gris o apagado hace que nos sintamos tristes o decaídos, mientras que un color alegre y brillante nos levanta el ánimo.
Tal vez por eso el invierno, lleno de cielos nublados y grises, nos dé ganas de quedarnos en casa y dormir hasta que vuelva un poco de color a nuestras vidas.
Las flores cambian eso. Desde las pequeñas flores blancas que crecen al lado de los caminos hasta las hermosas rosas que llenan el aire de su perfume, me hacen siempre sentir que éste será un buen año.
Con ellas llegan las abejas y las mariposas, símbolo de trabajo y hermosa actividad que hacen que con sus colores la vida valga la pena ser vivida.
Por eso no puedo esperar a ver las flores. ¿Qué más le puedo pedir a mi jardín que sentarme en una banca y renovar mi espíritu?
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