Me preguntan en el trabajo con frecuencia: ¿Se llevan más los pañuelos o las bufandas?
Cambian tendencias… colores… (contesto) pero cuando llega el invierno frío, no hay quien se resista a anudarse una gran bufanda de lana al cuello, con esa sensación de superviviente que se tiene al ir envuelto en ella, con cara, hombros y cuellos cubiertos, se siente uno valiente desafiando las inclemencias del tiempo.
El pañuelo es elegante, camaleónico, súper-femenino, pero quizás más para una primavera tardía, y un otoño adelantado. La bufanda de Grazalema nos iguala en el frío, y cuando observamos a la gente, opinamos sobre cuál es la más trendy, la más original, la que combina más y mejor... siempre la bufanda de lana, ahora ¿qué colorido?
Para esta temporada de Otoño-Invierno hay que tener una bufanda britis de lana, color: Príncipe de Gales, cuadros escoceses, y ya hablando de colores lisos se van a llevar los azules Francia, egeos y ducados. Para combatir y combinar con un verde esmeralda que ha estado mucho tiempo ausente de las paletas de la moda. Los tonos tierra, hojas secas, canela, cacao, para ir subiendo en tono ámbar y rematar con un papaya, llámese también naranja muy oscuro.
Creíamos que los malvas estaban olvidados... sí pero no, los lilas fuertes clásicos con reminiscencias de la semana santa y los rosas pasteles seguirán estando involucrados en los complementos de moda.
Y como siempre esto no quiere decir que no tengamos de fondo de armario las bufandas clásicas: camel, gris, roja, verde cuadros, crudo natural. Todas siempre en lana, pura lana virgen de oveja merina de la sierra de Grazalema.