Solamente poemas que hablan del amor y de la vida de todas las personas.
La luna que nunca tendré
- Llegando a mi destino te vi
- tan linda como casi siempre que puedo verte.
- De mi recuerdo veo tu rostro
- y hoy es uno de esos días
- que cubierta con una especie de vidrio oscurecido
- hago uso de mi memoria
- para poder contemplar tu luz.
- Con la buenaventura de los dioses
- puedo verte de vez en cuando
- sintiendo estremecer mi golpeado corazón.
- Se me acaban las palabras para una explicación
- mas el silencio me da todas las respuestas.
- Te veo y es toque de luz,
- más tinieblas es la posteridad.
- A veces me siento solo
- a pesar que te recuerdo siempre.
- Pero este sentimiento es más intenso
- y eso me vitaliza.
- Tu piel es blanca como la leche
- y me imagino que tus labios saben a miel,
- teniendo a tu cuerpo como el templo de mis grandes deseos.
- Físicamente estás tan cerca
- pero tu corazón lo siento tan lejos
- que no mentiría si digo
- como en el espacio sideral.
- Eres como la luna
- a la cual sólo puedo contemplar.
- a la luna la miro, le canto y le sonrío
- sin embargo a ti ni una palabra puedo expresarte.
- A pasado mucho tiempo
- y sigue incrementándose la tortura,
- pues me he acostumbrado a que tengas dueño,
- convirtiéndose la resignación en mi mejor aliado
- para combatir la desdicha de tu indiferencia.
- Po eso querida mía
- cada vez que escriba
- se lo cantaré a la luna,
- pues realmente será como cantarte a ti,
- y triste seguiré al ver que mis sentimientos
- jamás te llegarán al corazón
Miradas hacia el éxito
- Basta tener una visión
- para tener una esperanza
- y basta con una esperanza
- para tener una hecho real.
- Si imaginamos que nuestros sueños más grandes
- se hicieran realidad,
- estaríamos teniendo una esperanza
- y basta con una esperanza
- para concretar lo pensado.
- Basta con una simple visión
- para tener esperanza
- y basta una esperanza
- para tener fe
- y sin fe,
- se podría perder una batalla
- que se creía ganada.
- Si estamos seguros de nuestras visiones
- debemos declararlas y concretarlas.
- Ni debemos nunca olvidarnos de lo que queremos.
- Más el incrédulo mira al futuro
- como un regalo que llega sin esfuerzo.
- Si somos hechos por un Dios vivo y bueno,
- es obvio que somos merecedores de todo lo que ha creado.
- Pero si todo viene de un Dios bueno,
- habrá alguna duda
- en que los verdaderos merecedores
- sean también buenos.
- Mas la realidad es otra y es dura
- pero peor es el castigo
- de quien no tiene visiones
- de un futuro prometedor,
- ya que algún día
- la realidad le cantará su cobardía
- y su falta de iniciativa.
- Pues el niño que no camina
- jamás aprenderá a correr,
- peor aún el que no inicia la realización de su sueño
- no sentirá nunca el dulce sabor del éxito
- desconociendo las grandes cosas que hubiera conseguido.
- Se quedará entonces
- con el sabor agridulce de lo que hubiera sido
- queriendo inútilmente retroceder el tiempo,
- y retomar ese camino angosto
- que lo llevará al anchísimo
- lleno de dicha, regocijo
- con una plataforma repleta
- de enormes oportunidades.
- Dicen que lo que más cuesta conseguir
- es lo que más vale la pena,
- pero si no se empieza
- cómo se conseguirá
- lo que más se anhela.