Recursos que ayudan a tener hijos bien equilibrados:
1. Gane respeto y manténgalo.El respeto es una avenida de doble vía. Si los padres no respetan a sus hijos, los hijos no respetarán a sus padres. No debe menospreciar ni avergonzar a sus hijos delante de los amigos.
Los padres que ganan y mantienen el respeto de sus hijos durante los primeros años serán respetados durante los año de la adolescencia. Los padres deben darse cuenta que si ellos no son merecedores del respeto, tampoco lo serán de su religión, de sus normas morales, ni de nada de lo que ellos creen. Los niños son observadores muy agudos.
2. Establezca límitesUn hogar feliz siempre debe tener algunos límites.: Para mantener relaciones de respeto y consideración entre padres e hijos, es necesario establecer fronteras bien definidas. Su hijo necesita saber lo que le es permitido y lo que no se le permitirá. Cuando un niño conoce sus límites no se mete en problemas.
3. Enseñe razonamiento y obedienciaLos padres deben enseñar a sus hijos a controlar su propio comportamiento, a razonar claramente, a resolver problemas por cuenta propia. Cuando un hijo entiende las consecuencias de su comportamiento, puede hacer mejores decisiones cuando sus padres no están presentes.
4. Hable una vez; luego actúe.Un buen consejo a los padres: en tiempo de conflicto, mantenga la boca cerrada y actúe. Conserve la serenidad y establezca su derecho de requerir obediencia.
5. Establezca un equilibrio entre el amor y el control.Los extremos raramente son útiles. Evite los cuatro extremos siguientes:
1) El padre autoritario. Algunos padres suponen que su deber es mandar, dictar y controlar, castigan repetidamente y el niño vive en constante temor y zozobra. (¿Cuál es el resultado? Se vuelven rebeldes, pendencieros, desobedientes y problemáticos en la Escuela. Tiene profundos sentimientos de amargura. Su vuelven hostiles.
2) El padre permisivo. En este caso es el niño el que tiene el control y los padres se doblegan ante sus caprichos. Como son incapaces de controlar el comportamiento del niño, la disciplina se convierte en un problema mayor.
3) El padre sin amor. Hay estudios que demuestran que un niño que no ha tenido amor y atención de sus padres, generalmente desarrolla una rebeldía contra los valores que la sociedad quiere defender.
4) El padre posesivo. Algunos padres tienen buenas intenciones pero muy malas normas; no permiten que sus hijos crezcan y se desarrollen en forma natural. Con el pretexto de amarlos y preocuparse por ellos, estos padres no permiten que sus hijos menores corran riesgos razonables ni que hagan cosas por ellos mismos.