RITUAL.(Minicuento)
Un sutil beso furtivo abrió las puertas para que un par
de cerebros y de corazones se interconectaran
configurándose en uno. Estos, alborotando la cordura,
dieron luces a una cándida simiente, pero un simple
amago de cobardía y complicidad manifiesta, condujo
de manera trémula la punta de los dedos de una fría
mano, a la manipulación de una manecilla, para que
un sueño de manera abrupta colapsara viajando en
remolino escarlata, sin retorno, por los laberintos infinitos
de la fría y ovalada loza donde cada mañana el ser humano se sienta no solo a meditar.