El marrón, castaño o café, según la investigación realizada por Heller, es el color con mayor grado de rechazo, alrededor del 17 % de lo hombres y el 25% de las mujeres, se refirieron a este color, como el que menos les agradaba, solo el 1% de los hombres y de la mujeres lo nombra como su color favorito.
Este surge de la mezcla de los tres colores primarios, y los conceptos que se le adscriben son en su mayoría negativos, tales como lo feo, lo antipático, lo antierótico, y lo desagradable, dichas asociaciones tienen su origen, según lo refiere Heller, al ser este el color propio del excremento, de las cosas en estado de putrefacción y las inmundicias, dicho en otras palabras, a asociaciones entre conceptos o ideas sociales de tales objetos, en este caso, lo referido con anterioridad, y al color representativo de dicho objetos.
Ademá s de esto, también es el color de la pereza, la necedad, de lo áspero, lo amargo, lo corriente y lo anticuado; una posible explicación sobre el porqué de tales asociaciones, es que estás guardan cierta relación o afinidad lógica con las mencionadas primeramente, además de que, al ser el café el color menos apreciado, resulta lógico que a él se vinculen los defectos que son lo más despreciados. El único concepto positivo que la investigación de Heller arrojo sobre este color, fue el de lo acogedor, pues es el color de la tierra, de los troncos de los árboles, de los muebles rústicos, y de las hojas de otoño.
El gris
El gris, según lo afirma Heller, es un color carente de fuerza al que quedan asociados en mayor grado, conceptos tales como la vejez, la soledad y el aburrimiento, nos dice además, que la miseria, lo olvidado, lo pasado, lo desapacible, lo hosco, lo negativo, la inseguridad y lo feo, también son representaciones de este color, esto quizás se deba, y tal y como lo comenta Heller, a que dicho color es asociado tanto a los cabellos grises, característicos de la edad avanzada, cuando la alegría y jovialidad parecen haber desaparecido, como a los días nublados, cuyo color característico es precisamente el gris, y que además tienden a deprimir a la mayoría de las personas. Cabría agregar aquí, que el gris, al estar vinculado con lo anterior, también se adhiere a los conceptos, ideas e inclusive podríamos llegar a hablar hasta de emociones que estos últimos conceptos puedan llegar a evocar. Sin mencionar, que técnicamente hablando, cuando un color, sin importar cuanto brillo posea, pierde dicho brillo y pureza al mezclarse con gris, cosa la cual, no ocurre cuando se mezcla solo con negro o blanco.
Sin embargo, su asociación con la vejez, también le proporciona conceptos e ideas positivas, como la experiencia, la respetabilidad y la sabiduría, y por afinidad lógica a estos conceptos, queda aunado a los conceptos de la reflexión, la teoría y la objetividad; cabe agregar, que cierta influencia cultural, social y cognitiva, alimentan por su parte, las asociaciones anteriores, pues la llamada materia gris en el cerebro es la responsable del pensamiento y la literatura gris, es la que está conformada por los temas más especializados y las tesis doctórales.
La insensibilidad y la indeferencia, también son conceptos propios del color gris, según Heller, esto se debe a que su naturaleza le impide tomar un partido definido, es decir, no es bueno como el blanco, ni malo como el negro. Es el gris, además, el color de la modestia, esto, por su carencia de brillo, lo cual impide que aquello que este revestido con este color, llame la atención o hacer cualquier otro acto de presunción. Ahora bien, ya sea por afinidad lógica a este último concepto o por cierta herencia cultural y social originada en el siglo XIX, en el cual, los trajes típicos de los caballeros, especialmente en Inglaterra, potencia de la época, destacaban por su corte en forma natural, tejido mate y característico color gris, y el cual por cierto, ha llegado asta nuestros días casi sin modificaciones, el gris se convirtió en el color de lo conservador.
