La Meditación Científica

La Meditación Científica

Lo primero que debemos aprender es cómo aquietarnos.

 

1.- Siéntate en una silla cómodamente, espalda derecha, manos sobre las piernas, palmas hacia arriba, talones juntos, puntas de los pies ligeramente separados. No permitas que la espalda se recargue sobre el respaldo de la silla ni que la cabeza se agache.

 

2.- Cierra los ojos y haz 4 respiraciones profundas por la nariz.

 

3.- Relaja el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies pasando por la cara, el cuello, el pecho, el abdomen, la cadera y las piernas. Suéltate, sin tensión en ninguna parte del cuerpo, pero con la espalda derecha. Relaja los hombros y los brazos.

 

4.- Ahora relaja la mente, no prestes atención a los pensamientos que surjan, solo deja que surjan y déjalos; enfoca tu atención en tu respiración. Haz que esta sea suave, gentil, acompasada.

 

5.- Al inhalar expande el abdomen, al exhalar contrae el abdomen. Deja que tu respiración sea profunda e inunde todo tu ser. Imagina que con cada respiración que das, te estás llenando de una gran luz dorada.

 

6.- Mantén ese estado hasta que te sientas relajado y calmado. Y después de un rato, toma control de ti mismo y repite esto 3 veces: “Paz…. Yo estoy en Paz… Yo estoy calmado… Yo estoy en paz… paz… paz… paz”.

 

7.- Deja que este pensamiento penetre en ti y se hunda en ti.

 

8.- Mantente en este estado relajado, calmado, quieto y siente cómo tu cuerpo y tu ser se llenan de alegría, gratitud, paz, equilibrio, armonía y salud.

 

9.- Mantén esa sensación el tiempo que creas necesario y abre los ojos cuando lo desees.

 

10.- Mantén esa sensación de calma durante todo el día.

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