Cuando queremos desarrollar un pensamiento intenso, la mayor dificultad será enraizar en nosotros la disposición a pensar más, existen influencias creencias y hábitos bien establecidos que no nos permiten desarrollar un buen aprendizaje ya que estos mismos son determinantes en cuanto a la operación mental que el sujeto pensante trata de ejercer, es muy común dar por seguro que el que piensa rápido piensa bien, quien piensa de esta manera está condenado a excluir su pensamiento, ya que pensar es un juego en el que uno duda, titubea, explora posibles respuestas, distintos ángulos, cuestiona, contesta. El que no duda no piensa y el pensar te abre mas expectativas en cuanto al problema que se tiene por combatir. Este dominio del pensamiento ejerce gran influencia al sentido de la motivación ya que al momento de estar en lo correcto existe un sentimiento de orgullo personal y también pasa lo contrario cuando no tienes la razón en tu pensar sueles sentirte limitado por tal motivo se pierde la confianza de tener la libertad de poder compartir pensamientos, emitir juicios y defender argumentos que en su momento forman parte del aprendizaje obtenido y ya tenidos al paso del tiempo. El tener pleno manejo de nuestras formas de aprender nos permite explorar más allá de un simple pensamiento, se tendrá la gran posibilidad de navegar en nuestra mente e indagar todo conocimiento ya obtenido y por obtener y herramientas como esta son la llave para poder debatir, enfrentar y resolver cualquier tipo de problema, ejercicio y/o circunstancias de la vida cotidiana.
Aprender a aprender
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