Esta práctica, no es algo nuevo en nuestro siglo, pero sí se ha vuelto algo muy común, sobre todo en los adolescentes y adultos jóvenes, también ha aumentado últimamente la taza de niños que usan la automutilación.
La autoagresión no implica solo el hecho de hacerse cortes en los brazos, piernas o en cualquier parte del cuerpo, también aplica como: quemaduras, rasguños, golpes, tricotilomanía o ingesta de sustancias tóxicas.
El ser humano tiene la necesidad de buscar la paz y la felicidad dentro de sí mismo, pero cuando todo lo que se tiene dentro es odio, rencor y desesperación, la única forma de deshacerse de ellos es olvidándolo. El problema es que para estas personas la única salida es sintiendo dolor por fuera, aun sabiendo que con esto no es la solución.
Una de las muchas razones del por qué los jóvenes hacen esto es que la gente que los rodea, incluyendo su propia familia, los hacen sentir menos, que no valen, que no son importantes. Todo esto causa que estos individuos generen sentimientos de odio, desprecio y falta de aceptación hacia sí mismos.
Como alguien, una vez escribió: “Qué irónico; cortamos una flor porque creemos que es hermosa y nos cortamos a nosotros mismos porque creemos que no lo somos”.
La práctica excesiva de la automutilación puede causar la muerte y en el momento que esto ocurre es cuando los que estaban alrededor se preguntan qué hicieron mal, sabiendo que ellos fueron los causantes.
Por todo lo anterior, me atrevo a decir que si conocer a alguien con estos problemas, no lo juzgues, no te burles y mucho menos compares sus problemas con los de otros. En cambio, escúchalo, apóyalo y hazle saber que es importante para alguien.