En cuanto a fiestas se refiere, México no escatima. A lo largo y ancho del país, durante todo el año, las celebraciones se hacen presentes con motivos diversos, generalmente religiosos. Sin embargo, es en febrero cuando se llevan a cabo las “fiestas de fiestas”: los populares carnavales, una explosión de colores, música y diversión.
De las tradiciones en México, de por sí alegres y coloridas, los carnavales son las que más permiten romper con la solemnidad y divertirse “nada más porque sí”. Los carnavales de Mazatlán, Veracruz y Mérida son los más populares; en ellos la gente ríe, come, toma y baila sin descanso durante días.
Pero también hay otros carnavales menos conocidos, como el de Puebla y Campeche, que llenan las calles de carros alegóricos, música y buen humor.
Los carnavales duran una semana, y son la manera en que los mexicanos se despiden de los excesos y se preparan para la cuaresma. Se inauguran con la quema simbólica del mal humor y continúan con el nombramiento de un rey y una reina, quienes recorren las calles a bordo de imponentes carros alegóricos.
Sin duda, se trata de las fiestas más alegres del año y que afortunadamente se pueden disfrutar en varios destinos turísticos de México.