Todos los cambios implican un cierto grado de resistencia. Cuando empezamos a cambiar de hábitos alimenticios o no esta es la parte desagradable. Cuando acabas de iniciar un cambio para bajar de peso, es lógico que te sientas así. No te frustes ni te desesperes.
Por ejemplo, imaginate que decidiste iniciar con una rutina de ejercicios o compraste algún producto con el que esperas apoyarte para quemar grasa. Estos pequeños cambios, muchas veces implican dejar de comer ciertas cosas que te gustaba comer; y aunque no lo reconozcas, los pasteles, los dulces, los chocolates, en fin las grasas, son parte de lo que te hace sentir bien en el día. Cuando te los quitan, no solo protestas tú, protesta todo tu cuerpo.
Una manera prácitca de evitar rebotes, es hacer cambios paulatinos. Supongamos que inciaste una rutina de ejercicio en casa y se sugiere una dieta para acompañar el ejercicio. Lo mejor que puedes hacer es iniciar tu rutina con una semana de acondicionamiento y con una leve modificación en tu dieta. A la semana siguiente, empieza con una rutina más fuerte, pero que no te desgaste al cansancio, y empieza eliminando definitivamente parte de lo que engorda.En la tercera semana, ahora si dale con todo ya estas más acostumbrad@ ya estas más encarrilado así que te será mucho más fácil.
Una vez a la semana dedica tiempo a mejorar tu paciencia. Muchas veces han pasado solo 2 meses y ya quieres resultados. Eso solo te hace fracasar.
Francisco Rodriguez
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