Como todos bien podremos imaginarnos, la elección de un automóvil, además de representar una decisión trascendental en nuestro día a día, suele basarse en encontrar el balance perfecto entre lo que se desea y lo que se está dispuesto a pagar. El problema principal, es que al ser una actividad que no solemos hacer con regularidad durante nuestra vida, por lo general, no se cuenta con la experiencia necesaria al tener que elegir en base a cuestiones automovilísticas y resulta difícil diferenciar entre lo que se necesita y lo que se quiere. Te recomiendo pues, que te bases en 6 términos básicos: propulsión, seguridad, prestaciones, comodidad, costo y extras. En propulsión se incluyen aspectos como los neumáticos, las llantas, el motor diesel, la capacidad de gasolina, y el tipo de transmisión ya sea automática o estándar. Como prestaciones se consideran aspectos como la potencia, la aceleración o la velocidad máxima. La seguridad incluye las bolsas de aire que contiene, faros halógenos, el sistema automático de seguros, entre otros, mientas que la comodidad considera aspectos como la distancia entre asientos, la dimensión y tamaño del carro, el aire acondicionado y la dirección asistida. Así mismo, el costo no solo incluye la inversión inicial, si no el costo de combustible que necesita y el costo del mantenimiento necesario para su servicio; mientras que como extras se consideran aplicaciones como teléfono de manos libres o el reproductor de dvd en caso de que lo incluya. Espero que tu decisión sea la mejor, y que considerando cada uno de estos aspectos, te sientas satisfecho con ella.
A. Verástegui
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